La IGF -1 es una hormona similar en su estructura a la insulina. Tiene un papel importante en los problemas de crecimiento de los niños, donde suele aplicarse a los que tienen retraso del mismo. Pero también se usa de forma indebida en los adultos por sus efectos anabolizantes, de ahí que muchos deportistas, sobre todo a nivel aficionado sean consumidores habituales de esta hormona.

Por lo que estamos viendo en el juicio de la Operación Puerto, parece ser que también a nivel profesional ha podido ser usada. Desde el punto de vista de la fisiología, esta hormona actúa con efectos anabolizantes, mejorando el rendimiento del deportista, aumentado la masa muscular, la potencia y la competitividad. Tiene además efecto euforizante dando lugar a que los consumidores realicen entrenamientos mas largos, mas intensos y mas frecuentes, ya que reduce la fatiga.

Lógicamente los efectos secundarios son también importantes si se consume sin un control médico adecuado. Como médico del deporte y más concretamente del fútbol, me han sorprendido enormemente las noticias sobre su posible consumo en un equipo de fútbol. Los auténticos médicos del deporte desconocemos totalmente la mecánica de funcionamiento de los métodos dopantes. Solo los tramposos son maestros en esta materia.

Consulta el artículo en el Diario AS: http://opinion.as.com/opinion/2013/02/05/portada/1360094158_850215.html