Es muy difícil que un jugador estrella, cuando cambia de equipo, ciudad y, más todavía, si cambia de país, triunfe plenamente el primer año. La mayoría de jugadores de estas características pasan lo que se llama el periodo de adaptación al medio. Nuevo país, nueva casa, nuevas costumbres, comidas y horarios completamente diferentes. Vestuario, campos de entrenamiento y compañeros muy distintos con quienes hay que congeniar y adaptarse a sus circunstancias. Y esto es precisamente lo que en mi opinión está ocurriendo con grandes jugadores como Kaká, Benzema e incluso en parte con Cristiano Ronaldo.

A los dos primeros, de carácter diferente, posiblemente les esté costando más adaptarse a la ciudad de Madrid. A sus costumbres y horarios. Las cosas no les han salido bien desde el principio, han forzado en sus entrenamientos y han entrado en una dinámica de lesiones no acostumbrada para ellos. Kaká ha tenido un pubalgia, que es una lesión compleja en su estructura y mecanismo de producción, y ahora presenta una contractura en el adductor que puede no resultar ajena al cuadro clínico inicial. Así pues, hay que tener paciencia, no agobiar al jugador con la esperanza de que la próxima temporada, una vez adaptado, vuelva a ser el de siempre.