Hoy día ha cambiado de forma considerable el tratamiento de las fracturas de rótula no desplazadas en personas adultas. Antiguamente, este tipo de fractura se trataba mediante la aplicación de una escayola desde la raíz de los dedos hasta el tercio superior del muslo, durante un periodo de tiempo no inferior a seis semanas.

El tratamiento posterior consistía en retirar la escayola e iniciar el tratamiento de Fisioterapia, pero la rodilla con mucha frecuencia se convertía en rodilla rígida, con lo cual la fisioterapia se convertía en un tratamiento muy doloroso y muy prolongado en el tiempo.

Sin embargo hoy en día se han sustituido los conceptos de inmovilización rígida por inmovilización blanda con férula ortopédica, permitiendo el apoyo según sensación al cabo de dos semanas y con movilizaciones pasivas al cabo de quince días, con lo cual evitamos las rigideces articulares a la vez que se permite una adecuada consolidación del foco de fractura.

En los últimos años se han empleado, además, las células del propio paciente con fines terapéuticos, para favorecer el proceso de osteogénesis y acelerar la fase de consolidación del foco de fractura.

Comenzamos su aplicación a las dos semanas de la inmovilización. Una vez retirada la férula ortopédica, iniciamos el tratamiento de fisioterapia con masajes, movilizaciones y fortalecimiento muscular conjuntamente con hipertermia profunda tipo Erba-Tec, y al no existir rigidez articular, la recuperación total se produce en mucho menor tiempo y por supuesto con mucho menor dolor.