El aumento de la actividad física y deportiva en nuestra moderna sociedad es un hecho evidente. Cada vez tenemos más tiempo de ocio y con mucha frecuencia lo usamos para la práctica deportiva en cualquiera de sus modalidades. Y este aumento de la práctica deportiva, lleva consigo inevitablemente un aumento del número de lesiones, tanto en su frecuencia como en su gravedad.

Hay muchos aficionados que practican deporte a lo largo de la semana, casi en igual medida que un profesional lo hacía hace 25 años. Y esta intensidad en el deporte produce lesiones que requieren tratamientos diferentes, para producir recuperaciones más rápidas y seguras para seguir con la actividad deportiva lo más pronto posible.

Y esto mismo ocurre a nivel del Deporte Profesional, donde se nos exige cada día recuperaciones más rápidas.

Y a este respecto, quería hacer en este artículo una serie de consideraciones generales, que pueden clarificar las dudas existentes.

En primer lugar, decir que la patología deportiva, tiene una serie de peculiaridades que la diferencia de la patología general, ya que los mecanismos de acción juegan un papel fundamental para conocer, diagnosticar y tratar muchas patologías deportivas.

Lo primero que hay que hacer es un diagnóstico correcto y lo más exacto posible.
Y a continuación, establecer unos criterios terapéuticos adecuados.

En segundo lugar, decir que los tratamientos de las lesiones deportivas, son tratamientos normales, que se utilizan en la práctica médica cotidiana para las patologías normales.
Y que por supuesto, no requiere muchas horas para su aplicación. Leemos con relativa frecuencia que un futbolista está 4 ó 5 horas diarias en tratamiento para su recuperación de una lesión del Ligamento Cruzado anterior, por poner un ejemplo.

Estas noticias periodísticas, confunde en ocasiones a los aficionados. Y digo confunde porque realmente no se precisa en absoluto un horario tan largo de recuperación.
Lo bueno si breve dos veces bueno. Esta frase de Baltasar Gracián, encierra una verdad incuestionable, también en el campo de la medicina.
No por estar muchas horas tratando a un paciente, se va a conseguir una recuperación ni más rápida ni mejor. Ni por supuesto dar cuatro masajes al día, se produce más beneficio al paciente.

Y en tercer lugar, decir que la Fisioterapia juega un papel fundamental en la recuperación de las lesiones deportivas.

Hay fisioterapeutas buenos y otros menos buenos. Pero desde luego, no existen fisioterapeutas milagro, a pesar de lo que leemos con frecuencia en la prensa.

La recuperación de una lesión se basa en:

  • Un diagnóstico correcto.
  • Un tratamiento de Fisioterapia correcto. Haciendo lo que se debe y evitando lo que no se debe hacer.
  • Un periodo de readaptación correcto, con aumento progresivo de la carga de trabajo.

Este protocolo, solo tendrá éxito cuando todos los profesionales responsables de sus correspondientes áreas, trabajan en equipo.

De nada sirve que el médico haga un diagnóstico, el Fisioterapeuta el tratamiento que quiera y el preparador físico lo que considere oportuno. Si no se trabaja en equipo, el resultado final no será el adecuado.

El organismo dispone de un tiempo de cicatrización de las lesiones y de su acoplamiento biomecánico que hay que respetar rigurosamente.

Cuando estos tiempos no se respetan y quieren acortarse, pueden venir los problemas. Y por más horas que dedicásemos a dar masajes, todo tipo de corrientes y manipulaciones, no conseguiríamos recuperar más rápidamente a un jugador.

Por supuesto que las terapias agresivas y dolorosas y las manipulaciones bruscas e intempestivas nos van a acarrear más problemas que beneficios.

CONCLUSIÓN

El trabajo en equipo, es básico y fundamental para la recuperación de las lesiones deportivas. La coordinación entre el médico, el fisioterapeuta y el preparador físico, serán claves para que el entrenador y equipo técnico goce de su confianza.