El senderismo, los deportes acuáticos y el ciclismo son las actividades que con más frecuencia se realizan en verano. Es importante tener en cuenta algunos consejos básicos específicos en relación a cada uno de ellos dirigidos sobre todo a aquellas personas que no estén habituadas a su práctica y sea ahora en verano, que se dispone de más tiempo, cuando se plantean iniciarse en ellos:

Senderismo

Lo ideal sería comenzar con salidas cortas y sencillas si no estamos acostumbrados a rutas exigentes. Es fundamental llevar la equipación adecuada. Un calzado mal elegido puede favorecer lesiones articulares en tobillos por mala sujección, caídas, ampollas y rozaduras o sobrecargas en otras articulaciones. En marchas largas llevar un peso excesivo en la mochila puede provocar dolores y contracturas musculares o agravar patologías previas de columna lumbar, por ejemplo.

Incluso algo tan sencillo como andar o correr en la playa, puede crearnos algún problema si no estamos acostumbrados. Caminar por la arena seca, y generalmente con planos inclinados, puede provocar una carga intensa para los pies, por lo general poco habituados a caminar descalzos. Deben tener más precaución aquellos con antecedentes de lesiones como las tendinitis del tendón de Aquiles o fascitis plantar, por el riesgo de reaparición de la sintomatología. Incluso los corredores habituales pueden sufrir estas lesiones al correr descalzos por la arena, por lo que es más recomendable correr con el calzado habitual.

Deportes acuáticos

En zonas turísticas de costa hay cada vez mayor oferta de actividades acuáticas muy atractivas: flyboard, paddle surf, windsurf, esquí acuático, arrastre de colchonetas o “bananas” por motos de agua, etc.

Aunque no lo parezca, estas actividades pueden ser muy exigentes, sobre todo para los más sedentarios, y se necesita cierto grado de preparación física de tronco y tren superior en algunos casos, en miembros inferiores en otros, o de ambos a la vez. Si no estamos preparados, mejor no realizar estas actividades. Además del riesgo de traumatismos, podemos sufrir sobrecargas o esas “agujetas” que pueden obligarnos a pasar algunos de nuestros días de vacaciones sin poder movernos.

Por desgracia una de las lesiones más frecuentes y graves en verano son las lesiones cervicales, por zambullidas en piscinas o aguas poco profundas, que pueden provocar lesiones medulares irreversibles. Hay que evitar tirarse de cabeza si no se conoce la profundidad del agua o la existencia de rocas en playas y calas. Si en algún momento tuviéramos que asistir a algún accidentado de este tipo, es muy importante tener claro cómo moverlo, ya que en ocasiones son más graves las lesiones por una mala atención que por el traumatismo en sí. Nunca moverle el cuello.

Ciclismo

Se trata de una actividad muy popular durante el verano, no exenta de riesgo como traumatismos por caídas o sobrecargas por exceso de carga, mala postura en la bicicleta o material inadecuado.

Es importante asesorarse sobre la correcta colocación del sillín, distancia a los pedales, así como de la distancia a recorrer y el tipo de terreno sobre el que vamos a transitar. El uso de casco es fundamental para evitar lesiones.

Dr. Andrés Fernández
Centro Médico Deyre