La cervicalgia se define como el dolor en el cuello que, en términos generales, no cuenta con una etiología específica.

El cuello es el segmento de la columna que cuenta con una mayor movilidad y es una zona frecuente de aparición de dolor en la población general.

Normalmente la cervicalgia puede estar causada por múltiples motivos. Desde los más comunes o leves, como contracturas, malas posturas o artrosis, hasta otros de mayor severidad, como traumatismos o hernias de disco. El origen del dolor puede estar en las diferentes estructuras anatómicas del cuello como los músculos, ligamentos, raíces nerviosas, vértebras y discos intervertebrales.

Pero además, el cuello también puede doler como consecuencia de una patología a otro nivel, como ocurre en un infarto. Se habla entonces de dolor irradiado.

El diagnóstico de esta patología debe apoyarse en la historia clínica del paciente y en una exploración adecuada. Además, como pruebas complementarias de uso más común encontramos las radiografías simples, en diferentes proyecciones y la resonancia magnética nuclear (RMN).

El tratamiento que se recomienda normalmente es un tratamiento médico (oral, inyección muscular) y de fisioterapia, realizando ejercicios específicos para la corrección de los factores desencadenantes.

Además, para una correcta prevención de esta patología es necesario evitar los factores de riesgo que pueden provocar dolor cervical. Para ello:

  • Vigilar y/o corregir posturas inadecuadas. En el trabajo, al dormir (almohada adecuada, no dormir boca abajo, …).
  • Realizar ejercicio físico adecuado para tener un buen tono muscular cervical.
  • Emplear protección adecuada (reposacabezas en los coches, casco en las motos, …).