Lesiones asociadas a la práctica deportiva: Esguince de tobillo

La práctica moderada del deporte es una de las actividades necesarias para tener unos hábitos de vida saludables. Producen bienestar en quienes lo practican de tanto desde el punto de vista físico como psicológico. Este es uno de los motivos por los que es necesario realizarlo con precaución y evitando en la medida de lo posible las lesiones. En este sentido, hacer estiramientos antes y después de la práctica del deporte, así como evitar las caídas y los golpes, ayuda a mantener las articulaciones y los ligamentos en buen estado para prevenir posibles esguinces.

Una de las lesiones asociadas a la práctica deportiva son los esguinces de tobillo.

¿Qué es un esguince de tobillo?

Un esguince es una distensión, estiramiento excesivo, torsión o rasgadura de los ligamentos alrededor de una articulación. Se producen por movimientos bruscos, excesiva apertura o cierre articular, movimientos anti-naturales, caídas o golpes. El esguince de tobillo es una de las lesiones más comunes en la realización de prácticas deportivas como Voleibol, Baloncesto, Skateboarding, Fútbol, Taekwondo, animación, Rugby, Paintball, BMX, Balonmano, Tenis, Danza o Parkour. Aunque en general son de una importancia menor, hasta los deportistas profesionales pueden perder dos o más semanas de competición.

Los esguinces de tobillo, coloquialmente se suelen clasificar como «leves» (cuando los ligamentos están simplemente distendidos) o «graves» (cuando los ligamentos están rasgados o se han cortado). Clínicamente, se clasifican en tres tipos, según su gravedad:

Grado I: consiste en la distensión parcial de un ligamento, donde no hay rotura ni arrancamiento del ligamento respecto del hueso. Con tratamiento adecuado, la recuperación es total y sin secuelas.

Grado II: Existe rotura parcial o total de los ligamentos. Presentan dolor muy intenso. Generalmente la recuperación es total, con mayor tiempo de tratamiento, pero pueden llegar a dejar secuelas.

Grado III: Rotura total del ligamento con arrancamiento óseo. Casi siempre dejan secuelas

El tratamiento del esguince de tobillo depende del grado de la lesión por lo que se recomienda acudir a un centro médico para la valoración y adecuación del tratamiento correspondiente.

En cualquier caso, aprovechamos la oportunidad para recomendar trabajos de ejercicios de mantenimiento tales como los de flexión dorsal, plantar, pronación y supinación para el fortalecimiento del tobillo.