Hasta hace no mucho tiempo existía la consideración entre la población general de que el embarazo suponía una limitación equiparable a la que podría provocar cualquier tipo de enfermedad, y más aún en lo relacionado con el ejercicio físico.

Hoy en día tenemos que dejar claro que el embarazo NO ES UNA ENFERMEDAD. La embarazada debe llevar una vida activa, de acuerdo a la evolución de su estado y su situación basal previa al embarazo.

En lo referente a la realización de ejercicio físico lo que no se debe pretender es comenzar a realizar actividades que nunca antes se hubieran hecho, pero sí mantener un nivel similar al que se tenía antes del embarazo y adaptarlo a cada momento, de acuerdo al desarrollo del mismo.

Efectos del ejercicio en el embarazo

Los efectos beneficiosos del ejercicio en el embarazo, al igual que en el resto de la población, son claros y evidentes:

  • Tonifica la musculatura y mejora la función articular (columna y extremidades).
  • Refuerza y aumenta la resistencia de los grupos musculares. Importante para preparar los músculos que más sufren en el parto.
  • Mejora la función respiratoria y cardiovascular.
  • Mejora el tránsito intestinal.
  • Ayuda a controlar la ansiedad que pueda asociarse al embarazo y ayuda conciliar el sueño.
  • Ayuda a recuperar más rápido la silueta que se tenía antes del embarazo.
  • Mejora la condición aeróbica y muscular de la embarazada, lo que va a ayudar tanto en el parto como en la recuperación del mismo.

El departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU recomienda al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada por semana para mujeres sanas que no son muy activas.

Por otra parte, el American College of Obstetrician and Gynecologists sugiere las siguientes directrices en relación con la práctica del ejercicio durante el embarazo:

  • El ejercicio regular es preferible a la actividad intermitente, desaconsejándose actividades competitivas.
  • No realizar ejercicio intenso durante procesos febriles.
  • Evitar movimientos bruscos, salto o impactos. Recomiendan hacer ejercicios sobre suelo de madera o superficie protegida para reducir impactos y tener una marcha segura.
  • Evitar rangos máximos de flexión y extensión por la laxitud de los tejidos conjuntivos secundaria al embarazo
  • Los ejercicios más intensos tienen que ir precedidos de un periodo de 5 minutos de calentamiento muscular y seguidos de un periodo gradualmente decreciente en intensidad y que incluya estiramientos estáticos suaves.
  • Controlar la frecuencia cardíaca en los momentos de máxima actividad y no sobrepasar los límites establecidos por el médico.
  • Vigilar episodios de hipotensión ortostática que pudieran aparecer al levantarse del suelo, teniendo la precaución de incorporarse poco a poco.
  • Mantener una hidratación adecuada antes, durante y después del ejercicio.