En el partido del pasado fin de semana en el Nou Camp se puso de manifiesto una vez más lo que venimos escribiendo desde hace dos meses, que no es otra cosa que el bajo estado físico de la plantilla del Real Madrid. No se puede culpar a los jugadores diciendo que son unos vagos y que ganan muchos millones. Los jugadores son auténticos profesionales y ayer se vio que estaban motivados totalmente para ganar al Barcelona. Y mientras las fuerzas aguantaron, hubo equilibrio en el partido. Pero a este Real Madrid le sobraron los últimos 30 minutos, donde se pudo ver con claridad que físicamente no están en su mejor nivel. Y eso a estas alturas de la temporada es peligroso. Creo sinceramente que la programación física del equipo blanco ha sufrido alguna merma imprevista o un fallo de cálculo no deseado.

Kross, ha jugado prácticamente todos los partidos, incluso los amistosos y aunque es un excepcional jugador, en estos momentos no se le ve fresco, le falta la chispa del inicio de temporada que siempre le ha caracterizado. Sus movimientos están ralentizados.

Modric estuvo bien mientras le aguantaron las fuerzas, es decir la primera parte, pero no debió de salir tras el descanso. Se le notó en demasía el tiempo de inactividad.

Jesse es un gran jugador, pero está totalmente falto de ritmo de competición, con lo cual nada aportó al conjunto en los minutos que estuvo en el campo.

La característica que mejor define una buena preparación física, es la definición de la jugada. Y ayer vimos como el equipo blanco no definió en las oportunidades que tuvo. Y perdonar en un partido de estas características siempre pasa factura.

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