La lumbalgia es una patología que cursa con dolor en la parte baja de la espalda que puede deberse a afectación de cualquiera de las estructuras anatómicas localizadas a ese nivel (músculos, raíces nerviosas, discos, vértebras, etc.).

Si ese dolor se irradia a miembros inferiores siguiendo el recorrido de la raíz nerviosa correspondiente, hablaríamos de lumbociatalgias. Si, por el contrario, el dolor aparece solo con el movimiento, estaríamos hablando de las lumbalgias mecánicas.

La etiología de esta patología es múltiple. Puede producirse tras realizar esfuerzos en el trabajo, practicando algún deporte o llevando a cabo alguna actividad cotidiana, o bien deberse a posiciones incorrectas o repetitivas, traumatismos o patologías diversas (como tumores o cólicos renales, entre otros).

Para llevar a cabo un correcto diagnóstico en el caso de la lumbalgia es necesario realizar una correcta exploración del paciente, historia clínica y la realización de pruebas complementarias (Rx, RMN).

Por su parte, el tratamiento consiste en la administración de fármacos por vía oral o intramuscular y rehabilitación o fisioterapia. No es nada recomendable el reposo en cama. Si pese a ello no existe mejora, se recomienda completar el estudio con otro tipo de pruebas según el origen del dolor (EMG, TAC, analítica,…).

Por último, la prevención de la lumbalgia ha de contemplar tres pilares básicos: práctica de ejercicio físico, pérdida de peso si es necesario y reeducación postural.