Hace unas semanas escribíamos que los deseos de Messi de jugar todos los partidos de todas las competiciones en curso esta temporada, con objeto de conseguir el Balón de Oro, el que sería el quinto consecutivo de su carrera, no nos parecía una idea acertada, porque ello suponía un riesgo importante a la hora de las lesiones. Esta jornada ha tenido que retirarse del campo aquejado de dolor en la parte posterior del muslo derecho. Después de la exploración clínica y las pruebas médicas realizadas se ha diagnosticado una rotura fibrilar en el bíceps femoral derecho. Esto a priori no es un lesión preocupante y en el espacio de dos tres semanas el jugador estará en condiciones de volver a los terrenos de juego.

Lo que realmente nos preocupa es que el jugador ha estado un par de años sin lesiones y desde finales de la temporada pasada ha tenido ya un par de alteraciones musculares, que han tenido al jugador en el dique seco y no ya en cuanto a competir, sino lo que es más importante de todo, en cuanto a su preparación física. Para ser un número uno y aguantar a fuerte ritmo una temporada, hay que estar muy bien preparado físicamente. Suele ser habitual que los grandes cracks del mundo del fútbol (salvo alguna excepción) cuando están lesionados no se someten a la disciplina de una férrea preparación para no perder su condición física, sino que simplemente se dedican a curarse la lesión.

Y esto es un grave error, ya que esto conduce a un menor rendimiento deportivo del jugador, bien por falta de preparación o por acumulo de lesiones musculares, como le está ocurriendo a Messi en los últimos meses.

Consulta el artículo en el Diario AS: http://opinion.as.com/opinion/2013/10/01/portada/1380579343_576922.html