Escribíamos a final de la temporada, antes de ir al Mundial de Sudáfrica, que la dolencia del jugador Kaká solo tenía dos vías de solución. El reposo completo durante todo el verano o la intervención quirúrgica. Dijimos también que la apuesta de Kaká de ir a la cita mundialista le podía acarrear serios problemas con la afición del Real Madrid en el caso de que a la vuelta de las vacaciones continuara con el mismo problema. Es decir, con su dolor de pubis que le impide rendir al máximo nivel deportivo. Pues bien, nuestro temor se ha cumplido. Kaká no ha rendido en absoluto en el Mundial y además nos consta que ha continuado con los mismos problemas que arrastró durante la temporada pasada en su club. Y el aficionado se pregunta: «¿Y ahora que? ¿Va a continuar en tratamiento médico y preparación física especifica, sin el ritmo ni la dinámica que el nuevo entrenador José Mourinho exige a su jugadores, hasta que diga que no le duela?

Yo creo que hay que apelar ya de una vez y seriamente a la profesionalidad y responsabilidad que se le supone a este jugador. Y buscar una solución definitiva a su problema y ésta, dado el tiempo transcurrido, tiene visos de terminar con el brasileño en la mesa del quirófano. Desde el punto de vista médico, y por mi experiencia profesional en este tipo de lesiones, si no ha cedido con el tratamiento conservador, si se hubiera operado nada más terminar el Mundial, en estos momentos ya estaría realizando carrera continua y en el mes de septiembre estaría a tope físicamente para el inicio de la Liga. Creo que todavía esta a tiempo…