El mes de febrero significa en los equipos de fútbol profesional un punto de inflexión en la programación y planificación de la temporada. Coincide con el cierre del mercado de fichajes de invierno, el comienzo de la segunda vuelta, donde todos los equipos ya se conocen y para los llamados equipos grandes, la vuelta a las competiciones europeas.

Desde el punto de vista de la planificación de objetivos, suele comenzar lo que llamamos un mesociclo competitivo, en el cual el periodo de entrenamientos está única y exclusivamente focalizado para la lógica mejora del rendimiento y para la obtención de los correspondientes resultados en la competición. Desaparecen periodos de ajuste, carga, acumulación, etcétera. El producto o resultado final semanal justifica el proceso o método de entrenamiento a lo largo de todo el mesociclo. Como en toda planificación, este ciclo de preparación debe ser flexible, debido a que en competiciones europeas, para bien o para mal, el resultado de las eliminatorias marcará el futuro de un equipo en la temporada. Los equipos que sólo juegan una competición, como ahora ocurre con el Betis una vez eliminado de la Copa, centrarán todos sus objetivos en manejar con éxito todos los momentos competitivos a los que tengan que hacer frente.

Como dicen muchos entrenadores, entre ellos Luis Aragonés, en los diez últimos partidos se ganan las Ligas o se consiguen los objetivos prefijados, pero para llegar con opciones a ese momento decisivo antes hay que planificar parcialmente bien la temporada.

Consulta el artículo en el Diario AS: http://opinion.as.com/opinion/2011/02/23/portada/1298490970_850215.html