La Condromalacia es un cuadro clínico caracterizado por dolor femoro rotuliano que tiene su origen en una alteración en el aparato extensor de la rodilla, sea este muscular, óseo o tendinoso, provocando un conflicto de espacio entre la rótula y la tróclea femoral, afectando así al cartílago de la rótula.

La Condromalacia está caracterizada por dolor en la cara anterior de la rodilla, de localización vertical, con irradiación al hueco poplíteo, acompañado o no de crepitación, derrame articular o sensación de inestabilidad de la rodilla.

Es típico que este dolor esté presente al levantarse de una silla, al bajar escaleras o cuestas, en posición de cuclillas, en el salto o en la carrera.

Para un correcto diagnóstico de esta patología es necesario conocer la historia clínica exhaustiva del paciente y realizar una exploración física dirigida a encontrar las posibles causas de este síndrome, para luego solicitar pruebas pertinentes que nos permitan confirmar la sospecha clínica e iniciar el tratamiento.

En las pruebas nos podemos encontrar alteraciones en la morfología de la rótula o tróclea femoral, alteraciones en el ángulo entre el cuádriceps rótula y tendón rotuliano o la temida condromalacia.

El hallazgo de condromalacia en una prueba de imagen como una resonancia magnética suele mostrar el grado de profundidad del daño del cartílago articular, pudiéndose clasificar según outerbridge en 5 grados:

  • Grado 0: normal.
  • Grado I: reblandecimiento y edema.
  • Grado II: fragmentación y fisura.
  • Grado III: zona afectada mayor de 1.25 cm.
  • Grado IV: erosión del cartílago que llega hasta el hueso.

Una vez diagnosticada la lesión se aplica el tratamiento, cuyo pilar fundamental será la rehabilitación de los grupos musculares del miembro inferior basándonos en cadenas cinéticas abierta y cerrada, trabajo isocinético y electro estimulación y ultrasonido.

Las medidas preventivas juegan un papel fundamental en la evolución clínica del cuadro.

El tratamiento de rehabilitación ha de contemplar sesiones de 30-45 minutos con una frecuencia de 2-3 veces por semana.

Si la sintomatología persiste se deben explorar otras vías de tratamiento como puede ser la aplicación de infiltraciones.

En el Centro Médico Deyre llevamos a cabo tratamientos específicos para pacientes con condromalacia a diario, obteniendo resultados positivos y un alto índice de rehabilitación.